Imaginemos que queremos construir una sociedad donde la LIBIDO de las mujeres es tan alta como la de los hombres. No conviene generalizar, porque la sexualidad es compleja y diferente en cada persona ya sea hombre o mujer y, ciertamente, hay muchas mujeres con altos niveles de deseo sexual, pero basándome en las personas y parejas que acuden a mi consulta, veo que la falta de deseo es más habitual en ellas que en ellos, lo cual tampoco quiere decir que éstos siempre tengan ganas; hay hombres (más de los que pensamos porque nunca lo reconocerán, el mito masculino pesa demasiado) con bajo deseo y parejas angustiadas que no entienden qué ocurre porque consideran que “a ellos esto no les pasa”. En cuanto a las mujeres con bajo deseo, sus parejas lo ven más “normal” pero el nivel de frustración es muy elevado si persiste en el tiempo, y tampoco entienden qué ocurre. ¿QUÉ PASA CON EL DESEO SEXUAL FEMENINO?
Sabemos que somos lo que somos en todos los aspectos por el resultado de NATURALEZA+EDUCACIÓN. Nacemos con cierta predisposición que el entorno cultural luego moldea, dando un resultado que por suerte podemos seguir moldeando a lo largo de toda la vida, nada es definitivo y siempre hay margen de cambio. EN LA ERÓTICA FEMENINA EL FACTOR HORMONAL INFLUYE, el deseo experimenta altibajos… La naturaleza es ingobernable y nos recuerda que no somos tan grandes y poderosos como nos gustaría, por suerte; maravillosas oportunidades para fortalecernos en tolerar la frustración. Por el contrario, LA CULTURA ESTA SUJETA A NUESTROS DESEOS (es la que es porque alguien lo quiso así) Y PODEMOS LUCHAR POR TRANSFORMARLA. Es complicado pero posible, la historia lo demuestra; se trata de plantear realidades, experimentos…
PLANTEAMOS UN EXPERIMENTO SEXUAL QUE POSIBLEMENTE NUNCA SE HAGA, pero hemos de crear ideales si queremos cambios reales, cambios muy necesarios. Sabemos (o no) que las mujeres viven en lo sexual desde muy pequeñas situaciones que les hacen sentir emociones desagradables, sobre todo MIEDO Y ASCO, influyendo en su erótica adulta. ESTA COMPROBADO, lo he visto en consulta muchas veces. Por ello…
PLANTEAMOS UNA SOCIEDAD DONDE LAS NIÑAS no conocen los abusos y agresiones sexuales porque no existen, a ninguna niña la tocan en la calle ni en casa, ni tiene que ver los genitales de un hombre que se abre la gabardina en un parque, ni vive situaciones desagradables relacionadas con lo sexual…
PLANTEAMOS UNA SOCIEDAD DONDE LAS ADOLESCENTES deciden qué hacer según sus deseos, sean los que sean, sin miedo a perder a su pareja o al qué dirán. No existen los abusos sexuales y agresiones, nadie les dice que tengan cuidado y caminan tranquilas y seguras siempre, a cualquier hora y con la ropa que más les guste, aunque sea una minifalda cortísima o un gran escote. Nunca escuchan bromas sobre su cuerpo en desarrollo, los chicos las miran con cariño y las tratan con respeto, siempre. Los hombres las miran con respeto por la calle, siempre. Las películas y contenidos de internet sobre sexo son bonitos, se ve a chicas contentas disfrutando tranquilas en relaciones con cariño y mucho respeto mutuo, siempre. Los chicos les preguntan sobre el ciclo menstrual con interés y se crean diálogos donde aprenden mutuamente.
La realidad es bien distinta, por desgracia. La realidad es que LAS MUJERES VIVEN DESDE SU INFANCIA EL SEXO UNIDO AL MIEDO Y AL ASCO. La mayoría de las niñas y adolescentes han sufrido un abuso sexual de algún tipo, así como sus amigas, hermanas, primas… Han escuchado hablar de ello a las personas mayores sintiendo su asco y miedo, han recibido instrucciones para protegerse y/o una reprimenda (tras el abuso ocurrido) por no tener más cuidado. La mayoría de las adolescentes han sentido rechazo ante ciertas imágenes de películas e internet, les han dado asco los chicos que lo ven y se masturban con ello, que bromean y/o les piden llevar a cabo prácticas donde se humilla a la mujer.
LAS VIVENCIAS SEXUALES DE LA MUJER Y LA CULTURA INFLUYEN EN SU DESEO, dejando una huella que hemos de mimar y cuidar con cariño y mucho amor para limpiar los efectos del miedo y el asco que absorbimos, una huella que da forma al inconsciente y convierte el sexo en algo relativamente ajeno para muchas mujeres. Si el modelo sexual fuera distinto, más igualitario y respetuoso, tal vez la vivencia sería otra. NECESITAMOS REALIZAR UN CAMBIO EN ESTE SENTIDO, HOMBRES Y MUJERES DE LA MANO, UN EXPERIMENTO CON BENEFICIO SEGURO.