A veces deseamos cambiar en algunas cosas y no vemos cómo hacerlo. La imaginación es una herramienta poderosísima para ello. Partiendo de este hecho innegable, vamos a JUGAR A IMAGINAR una situación poco común, a día de hoy un poco «surrealista», pero muy deseable. Puede ayudarnos a cambiar cosas…
Viernes por la noche, 6 personas se reúnen a cenar, 2 parejas, una chica soltera y un chico soltero. Tras tiempo sin verse, se cuentan sus vidas:
PAREJA 1: El dice “estamos pasando por una etapa complicadilla, en el trabajo me están volviendo loco y los críos están muy adolescentes”. Ella dice “sí, y además no se le levanta”. El dice “es verdad, la mayoría de las veces que nos ponemos a ello no se me levanta”.
PAREJA 2: Ella dice “qué miedo me da la adolescencia, mi hija me vuelve loca y solo tiene 7 años”. El dice “a nosotros nos va bastante bien en general, se me levanta siempre por ahora, lo único es que me gustaría no eyacular tan pronto, pocas veces consigues correrte, ¿verdad? Ella dice “es cierto sí”. El dice “por otro lado he cambiado de trabajo a uno de mejor horario y sueldo, estamos contentos”.
SOLTERA: ¡Qué suerte que estés bien en el trabajo! A mí me tienen explotada en la tienda de ropa, en cuanto encuentre otra cosa lo dejo. De novios como siempre mal, no encuentro uno que me guste, además como tengo el problema de que no me consigo correr necesito alguien que me de confianza. Otra cosa, ¿sabéis que mi hermano tuvo un accidente con la moto? Está bien, pero menudo susto.
SOLTERO: Me enteré de lo de tu hermano, sí. Yo como novedad tengo que me he sacado el carnet de conducir, por fin. Del curro mal, seguramente me vaya una temporada a Londres, no sé. Yo también sigo soltero, estuve una temporada con un chico que me encantaba pero le dolía cuando se la intentaba meter, se agobió y me dejó, decía que si no yo le acabaría dejando a él, qué tontería, ¿cómo le voy a dejar por eso?
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Cuesta creer que una conversación así pueda darse, hablando de sexo como de cualquier otra cosa, intercalando esos comentarios entre otros sobre diferentes aspectos de nuestra vida. ¿POR QUÉ NO? ¿Por qué es distinto hablar de un problema laboral, familiar… que de uno sexual? Tal vez la cultura que nos rodea tenga algo que ver, demasiado inmadura en este aspecto no favorece la sinceridad y la calma. Si no hay calma no hay liberación, la tensión bloquea y reprime el deseo, la excitación, el placer… Si estudiamos nuestro modo de ser sexual, VEMOS MUCHAS PERSONAS ADULTAS SINTIENDO, PENSANDO Y ACTUANDO DESDE EL AGOBIO Y EL MIEDO A QUÉ PASARÁ SI… QUÉ PENSARÁ SI… QUÉ DIRÁN SI… Todo ello complica nuestra vida sexual. NOS COMPLICAMOS TREMENDAMENTE LA VIDA SEXUAL, TANTO QUE A VECES NECESITAMOS UNA GUÍA EXTERNA PARA SALIR DEL LABERINTO.