Tenemos miles de cosas que hacer cada día y no hay tiempo para el sexo. O si lo hay estamos demasiado cansadas/os y da pereza. La PEREZA SEXUAL es algo que cada vez impera más en nuestras relaciones, sobre todo cuando llevamos cierto tiempo juntos.
Las parejas suelen decir que cuando están de vacaciones tienen más sexo, porque no hay obligaciones y disfrutan de calma y relax. Por desgracia, toca volver a la vida cotidiana y con ella la pereza y el cansancio. Están los fines de semana donde podemos aprovechar para tener sexo pero siempre surgen cosas, hay que limpiar la casa, hacer compras, recados, la vida social que no queremos descuidar, visitas a familiares, o descansar en el sofá sin hacer absolutamente nada. También puede darse la puñetera casualidad de que justo el día que había tiempo nos hemos enfadado por cualquier tontería y ya no hay ambiente. De un modo u otro nos hemos plantado en el domingo por la noche, y tampoco es momento porque hemos de acostarnos pronto, el lunes madrugamos. En esta situación hay muchísimas parejas, y no es bueno. Hacer el amor cada quince días o una vez al mes es más frecuente de lo que creemos.
ES NORMALISIMO NO TENER GANAS DE SEXO CUANDO VIVIMOS A CONTRARRELOJ Y TERMINAMOS EL DÍA AGOTADAS/OS, PERO LAS RELACIONES NECESITAN INTIMIDAD SEXUAL PARA SEGUIR VIVAS. Sin roce a la larga se pierde vínculo y calidad afectiva, nos convertimos en compañeros/as de piso.
¿CÓMO TENER SEXO CUANDO NO HAY TIEMPO O DA PEREZA? Cuando falta tiempo y estamos cansadas/os física o emocionalmente, tenemos una alternativa para que la relación no pierda calidad: MINIENCUENTROS SEXUALES. Se trata de dedicar quince minutos al día a tumbarnos sin ropa juntos y sentir el piel con piel, acariciarnos sin EXPECTATIVAS; puede ser que nos animemos y apetezca seguir o tal vez no, pero en cualquier caso es mejor que estar viendo la tele cada uno en un lado del sofá o con el móvil, cuando queremos REAVIVAR LO ERÓTICO. Si a menudo tenemos este ratito la energía fluirá entre los cuerpos, y poco a poco apetecerá más. Como nada en la vida es bueno o malo al 100%, los miniencuentros tienen una pega: si una parte se excita y la otra no puede surgir malestar. Pero como personas adultas seguro que sabremos afrontar no tener todo lo que queremos o no dar todo lo que nos piden, la opción de sofá y móvil es mucho peor.
