EL SEXO NOS «DESCUBRE»

         

            Si algo bueno tiene el sexo es que nos “descubre”. En un encuentro sexual las apariencias no suelen engañar, las cosas se notan. Se nota cuando estamos excitadas/os, cuando hay pasión, comodidad… y se nota cuando hay bloqueo, cuando no hay excitación… Salvo en esos casos donde alguien finge el orgasmo y su pareja se lo cree, todo se nota. Imposible disfrazar una falta de erección, una eyaculación muy rápida, una falta de excitación y lubricación vaginal. Por eso, cuando surgen los problemas nos sentimos incómodas/os, aparece la vergüenza y el miedo a “qué pensará”.

            Una señora me contó que cuando tenía problemas en su trabajo y su jefe le pedía explicaciones se ponía muy nerviosa pero pensaba rápidamente en posibles soluciones. Esta persona sufría un bloqueo sexual importante y no encontraba la manera de solucionarlo. ¿Por qué hay tantas personas inteligentes con habilidad para desenvolverse, resueltas, seguras de sí mismas en todo excepto en el sexo? POR MI CONSULTA PASAN HOMBRES Y MUJERES QUE HAN COSECHADO IMPORTANTES ÉXITOS EN SU VIDA Y A LA HORA DE METERSE EN LA CAMA CON ALGUIEN SE SIENTEN COMO NIÑOS/AS PEQUEÑOS/AS, VULNERABLES, TEMEROSOS, SIN SABER QUÉ HACER NI COMO DISIMULAR SU PROBLEMA.

            Vivimos disimulando, sonriendo por “cumplir”, hablando sin muchas ganas o callando lo que nos gustaría decir, reprimiendo un grito y poniendo buena cara, diciendo o actuando exactamente como se espera que lo hagamos cuando es necesario… Lo hacemos en el trabajo, con algunas amistades, incluso con la familia. Desde la infancia aprendemos a adaptarnos en las distintas circunstancias y a veces olvidamos cómo ser quienes realmente somos, cuesta dejar el “disfraz” adquirido y mostrar esa parte tierna y sensible donde residen los miedos e inseguridades.

           EN EL SEXO EL CUERPO HABLA Y MUESTRA QUE NO ESTAMOS BIEN, NO HAY DISFRAZ QUE VALGA. Por eso da miedo. El sexo nos iguala y es para algunas personas una “cura de humildad”, ya que obliga a reconocerse vulnerable. Nadie puede ser fuerte si no mira sus debilidades, por eso quien acude a terapia con un problema sexual mejora de un modo integral.

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