¡AL RICO PLATO SEXUAL!

             

             El sexo es como un plato que puede salir más o menos rico. Es un plato que podemos disfrutar solos/as o acompañadas/os. Vamos a analizar un poquito los ingredientes más favorables para darle el sabor que buscamos.

DESEO

            Cuando hablo de deseo no me refiero a la irrefrenable atracción por la que le arrancaría la ropa (que con el tiempo va desapareciendo) sino a las ganas de pasar un rato piel con piel, unidos, sintiéndonos, una pausa en el estrés cotidiano para el reencuentro y mirarnos. Cuando me apetece ese ratito, lo demás (la excitación y prácticas sexuales como habitualmente las entendemos) puede venir por añadidura, dependerá del día y las circunstancias.

FLEXIBILIDAD

            La flexibilidad física puede aportar mucho placer, pero más importante es la flexibilidad mental, ingrediente fundamental para adaptarnos a las circunstancias y rebajar expectativas cuando estamos en “horas bajas” y/o tomar nuevas iniciativas que salgan de la rutina, no ceñirnos a lo de siempre…

CONSCIENCIA

            Ingrediente básico. Si somos conscientes de lo que sentimos, de lo que pensamos, si le damos valor a pesar de que no “encaje” con la cultura sexual imperante coitocentrista y heterocentrista, podremos llegar a compartirlo desde el amor propio. Qué bonito y conveniente sería que cada persona cogiéramos un papel y no sentáramos tranquilamente a escribir algo que empezara así: “la verdad es que yo en el sexo…”. Si tenemos pareja podríamos añadir: “Pienso que tú en el sexo…”. Sin esa dosis de realidad y respeto a las verdaderas necesidades, nos movemos a ciegas y no podremos modificar algo inadecuado, si lo hubiera.

CALMA

Ingrediente por antonomasia que no puede faltar en un buen plato sexual. No importa lo que queramos hacer, qué postura, qué práctica, cómo ni dónde… Cuando hablo de calma me refiero a la tranquilidad de saber que estamos haciendo lo que queremos, sin presiones internas o externas, y que pase lo que pase en ese encuentro, salga mejor o peor, no nos jugamos nada, no habrá reproches ni autorreproches, nuestra autoestima alta sin un resquicio para el sentimiento de “inútil”.

            Este ingrediente es difícil de conseguir en una cultura donde nos hemos educado escuchando expresiones como “dar la talla” para designar el ideal de conducta sexual, y TENEMOS ASUMIDISIMO (MÁS DE LO QUE LLEGAMOS A PERCIBIR INCLUSO) QUE EN EL SEXO HAY QUE HACERLO BIEN. SI NOS HUBIERAN EDUCADO MENSAJES COMO “NO IMPORTA LO QUE PASE, LO IMPORTANTE ES ESTAR CON ALGUIEN QUE TE GUSTA COMPARTIENDO UN RATO DE INTIMIDAD, ES BUENO PARA LA SALUD INDIVIDUAL Y DE LA RELACIÓN”, todo sería más sencillo.

¡QUÉ APROVECHE!

 

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