CERRADAS/OS: CUANDO EL SEXO DUELE

               

                  A veces, el sexo duele, a mujeres y hombres. Sabemos que un encuentro es placentero si nos dejamos llevar por ese fluir gozoso de sensaciones donde ya no sabemos dónde termina mi cuerpo y empieza el de la otra persona. Pero también sabemos que muchas veces no es así, cuando aparece nuestra “amiga” TENSIÓN. Ahí no hay quien se relaje, una/o se pone nerviosa/o y también su pareja, incluso los cuerpos se cierran y la penetración se queda en mera aspiración, frustración, rabia e incomprensión por qué demonios ocurre… “¿Por qué quiero y no puedo?” “¿Por qué no puede, en realidad no quiere o es que hago algo mal?”. Ocurre tanto en parejas heterosexuales como homosexuales, a veces la penetración duele. A continuación, dos casos inventados pero basados en otros muchos reales.

PAREJA HETEROSEXUAL: Jon dice “no entiendo qué te pasa, si es que hago algo mal o es que no te apetece, pero esto no me había pasado nunca antes con mis otras parejas, o sea que debe ser problema tuyo. No es que quiera echarte la culpa pero la verdad es que así no podemos seguir, y no dudes de que te quiero. Si supieran mis amigos que todavía no lo hemos hecho se sorprenderían de que no te haya dejado después de dos años así, te quiero y quiero estar contigo, pero necesito que esto se solucione, que busquemos la manera, es super frustrante que te cierres así, quiero sentirte por dentro, que nos unamos en la penetración”. Silvia dice “para mí cada vez que vamos a la cama ya estoy en tensión, lo paso fatal porque sé que te vas a frustrar, me siento super culpable, casi sería mejor que me dejaras y estuvieras con otra mujer normal, no puedo relajarme, no sé por qué me duele tanto…, esto no es normal, todo el mundo lo hace y disfruta y yo no puedo”.

PAREJA HOMOSEXUAL: Roberto dice “cuando finalmente me decido a salir con alguien y no puedo hacerlo, esto es el colmo, es imposible la penetración, me cierro totalmente y no hay manera de relajar, a veces me harto de intentarlo y no conseguir nada y ya me da igual que me haga daño, quiero que entre de una vez, 6 meses juntos es demasiado tiempo y se va a cansar, terminará dejándome… pero es imposible, me duele muchísimo, no lo soporto y tiene que parar, da igual que usemos un montón de lubricante, no hay nada que hacer”. Jonan dice “lo que te pasa es que tienes miedo, es normal al principio, yo voy a tener toda la paciencia del mundo porque te quiero, tienes que relajarte e irá bien, tienes que dejar de darle vueltas, te pasas el día pensando en que a la noche va a volver a salir mal y al final sale mal”

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            Es complicado relajarse cuando una persona ha entrado en el “círculo vicioso” de la ansiedad, cuando la penetración se ha asociado a dolor y miedo. Hay personalidades más susceptibles de crear estas asociaciones y por otro lado influyen las circunstancias del momento, la pareja, el estrés vital y otras emociones negativas. Hay que ver en cada caso qué ingredientes se unen para provocar el síntoma, hacer un diagnóstico correcto para poner soluciones. Y SERÍA ESTUPENDO HACER UNA LABOR EDUCATIVA PARA CUESTIONAR LA IMPORTANCIA DE LA PENETRACIÓN EN NUESTROS ENCUENTROS; NOS HA EDUCADO UNA CULTURA QUE DENOMINA “RELACIONES SEXUALES COMPLETAS” A LAS QUE INCLUYEN UN COITO, ES DECIR, UNA CULTURA SEXUAL COITOCENTRISTA. La presión se hace excesiva en algunos casos y aparecen vaginismos, dolor, pérdidas de erección, anorgasmias, eyaculaciones precoces…, muchas personas avergonzadas y con miedo a la próxima vez. Y es normal.

 

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