Todo “cuadra” para disfrutar, pero no disfruto. Si mi pareja fuera otra todo sería perfecto, o no, quién sabe, si lo supiera tomaría una decisión pero el riesgo también es alto, quién sabe qué hay después de la separación para mí. HAY MUCHOS MOTIVOS PARA SEGUIR JUNTOS, los he valorado una y otra vez, están los niños, el piso, la familia… una vida que me gusta, después todo cambiará y mucha gente sufrirá por mi culpa. La culpa no me deja avanzar porque sé que no me dejará ser feliz.
Y aquí estamos, en la playa, la miro a mi lado tomando el sol y casi puedo recordar cómo éramos hace 20 años y lo que sentía cuando la miraba, cuando observaba su cuerpo sobre la arena y la besaba de repente y nos abrazábamos… Sería impensable hacer eso ahora, me diría que la deje tranquila que quiere dormir o que le doy calor o que le aplasto o que me huele el aliento… Me he sentido tantas veces como una mierda al acercarme a ella que ya no lo hago, ME AGUANTO LAS GANAS DE HACER EL AMOR POR MI AMOR PROPIO, para cuidar un poco mi autoestima que tantas veces ha pisoteado, tal vez sin querer pero ha hecho que me sienta fatal. Le he dicho cien veces a ver cómo se sentiría ella si la rechazara una y otra vez pero según ella no le importaría y tengo que entender que no le apetece y respetarla. Según mi mujer hago mal si le pido muchas veces sexo porque la agobio y se siente presionada y soy un machista. Eso me dolió, ¿soy un machista por pedirle estar juntos? Yo creo que le demuestro que me atrae, que la deseo, y no veo nada negativo en ello. Pero al parecer soy machista, me ha puesto esa etiqueta y yo no encuentro una etiqueta para su actitud, ¿CÓMO DENOMINAR EL RECHAZO CONTINUADO?, pero sufro y mucho. Sólo me gustaría que entendiera lo duro que es esto, no quiero que tenga sexo sin ganas, no soy un violador, odio cualquier tipo de agresión y abuso, menos lo haría con una persona a la que quiero, el respeto es lo más importante en la vida. Ella me conoce y por eso me duele que me diga esas cosas, creo que busca con ello que no me acerque y lo consigue de sobra. Pero creo sinceramente que así perdemos los dos.
Somos compañeros de piso y un equipo de educadores de nuestros hijos. Hablamos solo de cuestiones referentes a ambos temas, solucionamos los problemas que se presentan y todo funciona, de un modo frío pero funciona. Siento que NOS ESTAMOS CONGELANDO EL UNO HACIA EL OTRO y eso nos pone tristes aunque no lo hablemos, estamos bloqueados y tememos que si destapamos “la caja de los truenos” todo se vaya a la mierda y deje de funcionar. Aquí, de vacaciones, es más patente que nunca cómo es nuestra vida, una empresa donde nos ocupamos de mil cosas y resolvemos todo sin que quede tiempo para nada más, ahora hay tiempo y se nota mucho lo que falta.
Siempre dicen que las vacaciones provocan separaciones porque las parejas se dan cuenta de que no están bien al tener más tiempo para mirarse y darse cuenta de la distancia y el desencuentro existente. A mí me está pasando y supongo que a ella también, pero no quiero darlo por perdido, la miro sobre la arena y sigo sintiendo algo, no sé si es nostalgia del pasado o cariño por tantos años o es que todavía hay amor del bueno entre nosotros, pero tengo que intentar salvar esto antes de que nos enfriemos del todo.
