Un profesor mío decía que la primera revolución sexual tuvo lugar cuando comenzamos a caminar sobre las piernas en vez de ir a cuatro patas. Antes el sexo era por detrás, como otras especies animales, sin mayor interacción. EN EL CARA A CARA PASAN COSAS… algunas hacen que nos sintamos bien y otras no tanto, pero en cualquier caso es una oportunidad para vivir sensaciones más diversas, luego ya es responsabilidad de cada una/o qué hacemos con ello para que la relación se enriquezca… Pienso que muchísimas veces POR MIEDO, TENSIÓN, INSEGURIDADES… DESPERDICIAMOS LA RIQUEZA QUE NOS DA EL CARA A CARA EN EL GOCE SEXUAL.
El placer en el sexo está ahí para que lo vivamos pero a veces no buscamos en la dirección correcta. Crecemos con la idea de que existe algo así como un «BOTÓN DE ENCENDIDO» (o como mucho dos o tres) que si tocamos provocará la excitación total y posterior orgasmo, en breve. Pero no somos máquinas, ni siquiera está demostrado que exista un punto G, o todas las mujeres estarían introduciéndose algo que lo estimulara. EL PLACER ES COSA DE GENTE CURIOSA que disfruta investigando, buscando, conociendo, aprendiendo… en el cuerpo de la otra persona, gente que no busca el botón de encendido porque le apetece disfrutarlo por entero, disfrutarse mutuamente, enredarse… Nuestra condición bípeda nos lo permite.
Cuando una pareja tiene dificultades sexuales, por bloqueos, ansiedad, inseguridades… (los problemas suelen ser por estas causas) aparece el miedo de pasarlo mal si no sale bien y comienzan a evitar los encuentros. Olvidan que EL SEXO ES NECESARIO PARA VINCULARSE, que el encuentro aporta la intimidad que la relación de pareja necesita, uno de sus ingredientes fundamentales; sin él, pasamos a ser amigos o compañeros/as de piso.
Obviamente, si existe un problema por el que una pareja ha perdido el hábito de tener encuentros, les costará, por eso hemos de empezar por el principio, de un modo que tal vez no hayan probado nunca, ni al principio: TUMBARSE DESNUDOS/AS Y MIRARSE A LOS OJOS. Se trata de que sientan el vínculo que les hace ser pareja y querer seguir siéndolo. No será una varita mágica, pero sin eso no tenemos nada, todo lo que tratemos de construir se derrumbará en el primer enfado porque el vínculo es débil.
Mirarse a los ojos, desnudos/as, es algo tan íntimo que puede dar miedo, y precisamente por eso resulta imprescindible; EL MIEDO NO PUEDE TENER LUGAR ENTRE DOS PERSONAS QUE SE AMAN, porque cuando aparecen los conflictos, cuando luchamos por a ver quién gana o quién tiene la razón… el miedo nos coloca a la defensiva y desde esa posición se hacen los ataques más duros, más peligrosos y destructivos. Por desgracia, el miedo a veces puede al amor y aunque nos queramos mucho no se nota, el vínculo es inmaduro, intenso pero inmaduro.
Para disfrutar del sexo lo más importante es sentirse cómoda/o, segura/o, que nada importe ni siquiera los defectos físicos o lo torpes que somos al movernos, tal vez… Hemos aprendido que buen amante es la persona que conoce muchas posturas y las ejecuta con agilidad durante mucho tiempo, con el objetivo de alcanzar el orgasmo a la vez, pero en consulta veo parejas que habiendo conseguido eso no tienen ganas de sexo… ¿cómo puede ser? La gente nos aburrimos de todo, los estímulos pierden intensidad cuando nos habituamos a ellos, lo único que puede ser cada vez más fuerte es el vínculo entre dos personas, y para eso necesitamos encontrarnos pero de verdad, estar juntos desde el interior; CUANDO NOS MIRAMOS A LOS OJOS, DESNUDAS/OS, TENEMOS RELACIONES CONSCIENTES CON SENSACIONES MÁS INTENSAS porque el vínculo hace que me olvide de mí y de mis pensamientos perdiéndome en el otro/a, en el buen sentido. Esta sería la Nueva Revolución Sexual, y ya nos toca.
