Para superar una ruptura


     Hay muchas personas que tras años de dejar una relación tienen miedo a enamorarse de nuevo y sufrir, o que repiten patrones de conducta inadecuados por no haberla superado del todo, o que no consiguen mantener un trato normalizado (sobre todo cuando hay hijos/as y es obligatorio el contacto) con su expareja por emociones que no se cerraron bien.

        Todas/os hemos perdido en algún momento de nuestra vida a una persona que queríamos, un familiar, una pareja, una amiga… Cualquier pérdida afectivamente significativa exige un período de duelo, es decir, un tiempo en el que poco a poco nos vamos habituando a la ausencia de esa persona, es necesario, cualquier cambio exige una adaptación, y perder a alguien que amamos es un cambio dramático. Con el tiempo nos vamos acostumbrando a la falta(aquello de que el tiempo lo cura todo), pero no es suficiente para estar bien. Si no prestamos la atención y cuidados necesarios a esas emociones que nos pasan por dentro, el tiempo solo amortiguará el dolor, pero el daño se manifestará de otra manera.

¿COMO ACTUAR, QUÉ HACER? Lo más importante será aceptar todos y cada uno de nuestros sentimientos. La teoría del duelo dice que primero pasamos por un fase de negación (esto no me ha podido pasar a mí), luego otra de rabia (¡Por qué me ha tenido que pasar!), para continuar con otra de tristeza profunda y después poco a poco, encontrar la calma, la adaptación a esa nueva realidad sin el ser querido. A veces las fases se mezclan, o cambian el orden… somos PERSONAS, no un programa de ordenador.

No hemos de apresurar las fases ni evitar lo que sentimos, estamos hablando de una REHABILITACIÓN DEL CORAZÓN, en cada momento ha de salir lo que tengamos dentro, o se nos quedará ahí bloqueando el bienestar del futuro. Nunca gritamos demasiado, ni pegamos demasiadas patadas o puñetazos en un cojín, ni lloramos demasiado, y si nos apetece reír, riamos, si nos apetece salir y hacer la vida de antes desde el primer día, perfecto. El cuerpo es sabio, encontrará el equilibrio, respetemos su naturaleza, e irá bien. Si cuesta un poco, tenemos la opción de una ayuda profesional, que lo hará todo más fácil.

Conviene tener especial cuidado con los sentimientos de culpa por aquello que no se dijo o no se hizo… Cosas que duelen y afectan a la autoestima, lo cual siempre debilita y con seguridad dificulta la rehabilitación que queremos. ¿QUIÉN DIJO QUE NO PODEMOS HACER COSAS MAL, QUE HEMOS DE SER PERFECTAS/OS?Para sanar la culpa conviene aceptar con sencillez que hicimos mal, que nos faltaron recursos o tiempo o calma, suavizar la exigencia del EGO, ser un poquito humildes, y tal vez PEDIR PERDÓN si es posible, en cualquier caso perdonarnos en nuestro interior y seguir adelante. Aceptar que a veces me equivoco, que a veces fracaso, que a veces eso tiene consecuencias demasiado duras, pero que aún y todo tengo derecho a  VIVIR y tratar de estar bien, a nadie beneficia mi dolor, y de los errores se aprende.

Por último, algo fundamental, recordar que PUEDO ESTAR BIEN PORQUE MI BIENESTAR DEPENDE DE MÍ.  A veces una pérdida nos enseña que podíamos vivir sin esa persona, que tenemos más recursos de los que creíamos, a veces incluso de lo más triste podemos sacar algo positivo. Son cosas que una/o descubre poquito a poco en el camino del duelo, no todo iba a ser malo…