Guerra de sexos


La GUERRA DE SEXOS tiene algo de morboso, tal vez por desgracia lo tengan todas las guerras, las tendencias del ser humano a la luz y a la oscuridad… Recuerdo aquellas luchas de la infancia con los niños de clase, nos enfadábamos pero en el fondo nos divertíamos, era reconfortante sentirse dentro de un GRUPO, el de las niñas en mi caso, protegidas todas por todas y sacando toda nuestra ansia de LUCHA contra ellos, los niños, los malos.

Pasan los años y la guerra de sexos a veces continúa con escasas variaciones, salvo los temas a los que afecta. Cambiamos el “los chicos son unos abusones” por “los hombres quieren dominarnos”, la misma o parecida IRA, la misma o parecida respuesta.

Es obvio que una mujer no tiene las mismas facilidades que un hombre, a nivel social, económico… en muchos ámbitos sigue existiendo DESIGUALDAD, y esa desigualdad merma la autoestima. La AUTOESTIMA baja no ayuda a ninguna mujer a coger lo que debería pertenecerle. No beneficia. Cambiemos pues. No es fácil cambiar las EMOCIONES, sobre todo cuando germinaron hace mucho dentro de cada una y las hemos regado y regado con un montón de injusticias sufridas. Pero eso posible. Nacemos con un PODER tremendo y a veces aprendemos que no lo tenemos, pero el poder está ahí si lo buscamos.

Conviene que nos miremos al espejo y veamos qué quiero, qué me falta, quién soy y quién o cómo me gustaría ser. Cuando las personas hacemos siempre lo mismo, una y otra vez, aparece el hastío, el cansancio, la ira, la anulación, la tristeza. A veces, lo que hacemos es VALORADO socialmente y se convierte en una TRAMPA, bajo una apariencia de éxito y reconocimiento hay una tremenda exigencia, pero es la felicidad que conocemos y no sabemos que podríamos estar mejor. Lógico. Hemos crecido en una cultura que uniformiza, etiqueta y reprime porque nos dice qué ha de importarnos y cómo hemos de actuar, a mujeres y hombres.

¿Y SI NOS PLANTEAMOS OTRAS POSIBILIDADES? Tal vez haya hombres que querrían no preocuparse por su respuesta sexual, si hay o no erección, quizás les gustaría dejarse hacer y que su pareja tomara la INICIATIVA, no tener que dar “la talla”. Seguramente hay mujeres que querrían poder ganar unos kilos sin sentirse fatal, que la palabra GORDA no fuera un insulto, ni envejecer o tener arrugas algo a combatir. Puede haber hombres deseando no tener que ser el fuerte en la relación y denunciar que su mujer les pega sin que se rían de él, que “CALZONAZOS” no sea un insulto sino un tipo de prenda interior grande. Y seguramente hay mujeres a las que les gustaría viajar SOLAS, dedicarse a su carrera, a sus aficiones… mientras otra persona atiende perfectamente a sus hijos/as.

Y un largo etc… Conviene dejar el EGO a un lado para encontrar nuestro verdadero YO, eliminar exigencias para ver los deseos y la realidad de cada persona, dejar de juzgar y permitir SER, liberar a otras/os para liberarnos todas/os.