Demasiado hablar de sexo

Demasiado hablar de sexo




               ¿Es malo hablar demasiado de sexo? ¿Es bueno? ¿Qué efectos tiene en las mentes, en los sentimientos y en la manera de entenderse de las/os más jóvenes? ¿Dónde hemos de situar la barrera de la información, del responder a preguntas, del esfuerzo que, de hecho, muchas veces conlleva? ¿Cuál es el camino más adecuado y de quién es la responsabilidad de iniciarlo? ¿Qué puedo hacer y de qué va a servir?

                Muchas más que estas preguntas surgen habitualmente en educadores, madres y padres, sobre todo, ante la espontaneidad de niños y niñas al preguntar sobre sexo, al expresar su curiosidad por un tema que sospechan que les afecta… Surgen ansiedades, dudas y miedos… el deseo de acertar y un montón de interrogantes. ¿La respuesta que se le da? Demasiadas veces es mirar para otro lado y eludir el tema. ¿El resultado? Ansiedad, dudas y miedos y otro montón de interrogantes en los niños y niñas.

                Cuando no nos ayudan a entendernos a nosotros mismos en los afectos, deseos, emociones y sensaciones que nos recorren por dentro, es fácil que nos desborden y que no sepamos manejarlos. Es fácil que sintamos miedo de todo ello y pretendamos bloquearlo. Sin embargo, entonces surgirá de otro modo y con mayor intensidad, incluso violentamente. Además, es fácil que la otro persona también nos de miedo, y la mejor defensa a veces sea un buen ataque… Esto es más peligroso que hablar de sexo.

                En este curso escolar recién comenzado, esperamos que los centros escolares, instituciones, etc., tomen conciencia de que sólo mediante una adecuada formación afectivo-sexual en valores y actitudes positivas, en el conocimiento personal y del otro, en el respeto y manejo adecuado de emociones y deseos, podremos garantizar la seguridad y prevención de riesgos y el desarrollo saludable.

               No hay que olvidar que siempre se hace educación sexual, aunque no se pretenda. Eludiendo se enseña a ocultar, reprimiendo se enseña a bloquear… y no se enseña, sobre todo, a ser críticos con la información e imágenes que desde otras fuentes (cine, internet…) llegan sin parar. Un peligroso cóctel.