PAREJAS ROTAS…¿HIJOS/AS A TERAPIA?

PAREJAS ROTAS…¿HIJOS/AS A TERAPIA?

Esta es una historia inventada y por desgracia muy real.

            Hace seis meses que me separé de mi marido. Llevábamos juntos desde los 20 años, media vida, y ahora a los 40 siento la necesidad inevitable de estar sola. La convivencia no era ni mala ni buena, era, sin más, y desde hace ya mucho me iba marchitando, eso he sentido, que me marchitaba, sin ilusión. Traté de hablar con él para mejorar las cosas pero no ha querido ir a terapia ni hacer nada, creo que no pensaba que yo sería capaz de dejarle, aunque se lo dije varias veces… La cuestión es que dejé de quererle y no puedo, sobre todo no quiero, vivir mi vida así. Ha sido una decisión difícil, más todavía por mis preciosos hijos. Dedico mis energías cada día a que estén bien a todos los niveles, ¿cómo entonces podía hacer algo que les dañaría terriblemente? Pues tuve que hacerlo, lo hice, con el corazón roto por mis gemelos de 8 años, sin saber que lo peor estaba por venir para mis pequeños.

            Desde que nos separamos mi pareja se ha dedicado a hablarles mal de mí a mis hijos. Cuando vienen de pasar la semana con su padre me cuentan alguna cosa y otras callan, estoy segura, porque no puedo evitar ponerme triste y enfadarme, lo notan y ponen esas caritas… se sienten culpables por hablar y yo más todavía por no recibir con calma lo que cuentan. Pero es superior a mis fuerzas. Hiervo de rabia por lo que mi ex les dice: que no me ha importado la familia y por eso les he dejado, que soy una egoísta, que a ver si tengo novio… ¡Pobres hijos míos! No quiero hablarles mal de su padre porque sé que no es bueno para ellos pero ¡tengo que defenderme!, no quiero que les meta ideas en la cabeza y se alejen de mí, no podría perder a mis hijos. TENGO MIEDO. Por eso a veces exploto y les digo lo que pienso de él. SE QUE HAGO MAL, ME DAN MUCHA PENA Y VOY A LLEVARLES A TERAPIA PARA QUE ESTO NO LES AFECTE, SU PADRE ESTÁ DE ACUERDO.

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            Después de una separación las emociones están a flor de piel, hay rabia, miedo, dolor… y como no somos perfectos/as a veces nos dejamos llevar y tratamos de controlar el caos “metiendo” a los/as niños/as en él. Les decimos cosas que no están preparados para digerir emocionalmente, por miedo a perderles a manos de lo que nuestro ex les dice o creemos que puede llegar a decirles. Les colocamos en medio del campo de batalla y sencillamente les destrozamos. Después, como sabemos que sufren, les llevamos a terapia, para que la psicóloga/o infantil solucione las consecuencias de nuestros actos.

            Queremos a nuestros/as hijos/as con locura, y por eso NECESITAMOS APRENDER A GESTIONAR NUESTRAS EMOCIONES PARA QUE NO SE VEAN EN MEDIO DE LA GUERRA ENTRE AITA Y AMA, PARA QUE NO SE SIENTAN PARTIDOS POR LA MITAD. Esto puede resultar muy complicado en la práctica, o nadie dañaría a sus hijos/as… ¿QUIEN NECESITA TERAPIA… ELLOS O NOSOTROS?